sábado, 13 de junio de 2015

Ser fuerte y crecer

Llega un momento en la vida en el que te das cuenta de que ya no eres un niño. Te gustaría serlo eternamente pero no puedes. Tienes que empezar a pensar, sentir y vivir como un adulto cuando tan solo eres un adolescente perdido y rodeado de momentos trágicos a tan corta edad. Con solo 15 años, has aguantado como se reían de ti, como te trataban por ser diferente, como te pegaban cada vez que salías del instituto... Tuviste que aprender a ser independiente tú solo y a muy corta edad. Te ha tocado aguantar solo como la gente te pisoteaba. Has sentido muchas veces que estabas en un precipicio, a punto de saltar, y que no había nadie abajo a quién le importaras o que intentara salvarte. Pero siéntete orgulloso de ti mismo, porque con 15 años has aprendido, antes que nadie, en que no hay que fiarse de las apariencias, que tu mejor amigo puede ser tu peor enemigo en unos segundos, que hasta tu sombra puede traicionarte y que los demonios que te persiguen, en los momentos de angustia, puedes evitarlos. No llores por un pasado pisado. Un pasado que no merece ser recordado. No recuerdes nunca más a esas personas que te hicieron tanto daño cuando estabas más débil ni a los amigos que te dejaron de lado porque eras diferente o les dabas vergüenza. Nunca, nunca, nunca, dejes de luchar por ti mismo. El mayor regalo que puedes hacerte a ti mismo es vivir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario