viernes, 24 de febrero de 2017

Pérdidas

"Lo que perdemos al final siempre vuelve a nosotros... aunque a veces no del modo que esperamos."

Esto escribió J.K. Rowling en uno de los libros de la saga de Harry Potter; y no podría estar más de acuerdo.


He pasado lo que parece ser mucho tiempo (en términos de mi cabeza) intentado recuperar algo que había perdido. Y esa pérdida me dejó completamente rota en el pleno sentido de la palabra. Yo misma quería romperme porque no lo encontraba. Para mi era muy importante y ya no formaba parte de mi vida. Tal como llegó a ella se fue. Nunca entendí por qué. Al igual que lo perdí, tampoco hallé explicación alguna. Sólo estaba yo y mi solipsismo. Y llegados a este punto, creo que he encontrado algo, parte de eso que perdí, pero no sé si realmente merece la pena preservarlo. He arriesgado muchas cosas por ello: mi dignidad, mis sentimientos... personas. 

Y ahora me pregunto, ¿de verdad vale la pena que eso que perdemos regrese?
Perderlo también forma parte de nuestro aprendizaje cotidiano, y de algún modo, perder ciertas cosas nos ayuda a encontrar otras.

Nunca debí llorar a esa pérdida, es más, nunca debí haberlo encontrado.
El no haberlo encontrado habría significado no haberlo perdido, y ahora jamás habría vuelto parte de ello. Y todo este tiempo jamás habría tenido que estar pensando dónde estaba.
Pero he aprendido que, por muy bonito que sea aquello que encuentras, a veces es necesario perderlo a propósito.

Y nunca dejarlo volver.

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