domingo, 4 de diciembre de 2016

El fin de mi esperanza

En un segundo se rompió la esperanza.

Leía y leía tratando de comprender cómo cualquier pizca de esperanza se desalojaba de mí. Y mis lágrimas brotaban sin que apenas me diera cuenta. Brotaban mientras trataba de comprender cómo o por qué todo había terminado.
Nunca tuvimos nada pero siempre me había dado esperanza, quizás por la forma de ser que tenía conmigo (y bueno, con el resto de chicas también, pero eso no me importaba en la medida en que pasáramos tiempo juntos).
Hubo un tiempo en el que me había hecho sentir especial, como si mi vida valiera la pena sólo por tenerle a él en ella. Aunque yo le quisiera y él a mí no, pero en el fondo tenía un 1% de esperanza de que algún día quizás me llegaría a querer.

Esa esperanza ya no existe. Ya no tengo nada. Sólo una profunda sensación de vacío en mi pecho que no se cómo llenar. Y duele. Es como si hubiera vaciado la sangre que bombea mi corazón.
Me falta la esperanza que él me daba cada día, sólo con verle, aunque no hablásemos, aunque lleváramos meses sin ser los que eramos al poco de conocernos.

Pero no puedo estar triste, no quiero, porque sé que él es feliz, sé que lo será. Sé que encontrará a la persona que busca y que se merece, a pesar de que no puedo ser yo, pero al menos encontrará a alguien, que es más de lo que puedo decir de mí.

Fue mi primer amor y me siento orgullosa de decir que con 17 años ya conozco lo que es estar enamorada, y con conocer esa sensación, me sirve. Así que no lo considero como un error en tanto en cuanto me ha enseñado a quererle de verdad, a anteponer su vida por la mía y a atreverme a hacer cosas que jamás creía que haría por mí misma. Me ha enseñado a vivir y a valorar mi vida de cierta manera.

Por eso, no estoy enfadada con él ni le reprocho nada (aunque por supuesto me hubiera gustado saber todo esto antes de haber dejado que mi esperanza y mis sentimientos por él crecieran), sólo quiero que él sea tan feliz como él me hizo a mí con su amistad, con su forma de ser.

Le quise, le quiero y le querré, y por eso tengo que dejarle ir para permitirme ser feliz y olvidarle.


No hay comentarios:

Publicar un comentario