domingo, 21 de mayo de 2017

Distancia

Mi vida era más sencilla y menos inestable antes de conocerte. Conocerte no me ha traído más que lágrimas todos estos años.

¿Y qué que a veces me hagas sonreír? ¿Qué más da todo eso si al final del día voy a acabar llorando otra vez por tu culpa?

No quiero esto. Sólo quiero la parte de las sonrisas.

No soporto seguir malgastando una lágrima más por ti.

Tú no sabes las veces que he llorado por ti desde que te conozco.

Nadie lo sabe.

Estoy harta ya. A la mierda con mi felicidad, a la mierda con intentar seguir adelante, a la mierda con todo.

¿Ahora de repente estás en mi vida? ¿Ahora de repente te importa lo que haga?

¿Dónde has estado los últimos dos años y medio cuando te necesitaba?
¿DÓNDE ESTABAS CUANDO YO ESTABA SOLA?
Yo sé dónde estabas. Te habías olvidado de mí.

Ahora de repente estás como si nada hubiera cambiado, como si estos años de por medio no hubieran existido. Como si volver a aparecer de repente y fingir que te importo cambiara algo. Como si quisieras lavar tu conciencia o algo. Ya es tarde.

Lloro de rabia, llevo muchos tiempo aguantándome todo esto para mí y no puedo más. Tengo que explotar, y sé que nunca seré capaz de decírtelo a la cara.

Sabes que me importas, sabes que te quiero, que a pesar de todo aún lo hago, y eso te sigue dando ventaja conmigo. Siempre te ha dado ventaja. Sabes que con solo mirarme, sonreírme o tocarme consigues lo que quieras de mí, pero eso se va a acabar. Me niego a seguir dándote ese poder.

Si de verdad tengo que seguir adelante, ser feliz o ser positiva, como tú dices, tengo que alejarme de ti. Tú ya te alejaste de mí hace tiempo así que no debe ser tan complicado.

Así quiero ser, así debo ser.

sábado, 6 de mayo de 2017

Gracias

En la entrada anterior mencioné a algunos tipos de personas que existen en el mundo que, hasta ahora, conozco. Y os dije que algún día hablaría de algunas de ellas. Pues bien, bienvenidos a ese día.

Como bien sabéis, últimamente no es que me sienta muy bien conmigo misma. Estoy atravesando unos momentos muy complicados y siento que estoy perdiendo, por un lado, a personas que me importan, pero por otro lado, en este camino tan oscuro estoy descubriendo a personas que me entienden, para ser exactos, a una persona.

Llevo toda mi vida acostumbrada a sentirme sola, a que nadie me entienda, a callarme todo lo que siento y a sentir condicionada por lo que todo el mundo tiene que sentir, pero mi interior grita en rebeldía... y, a su vez, en cansancio. 
Cansancio por intentar hacer entender a ciertas personas como me siento y que no lo entiendan, o que finjan que lo hacen. O que directamente traten de cambiar lo que sientes, cuando y como.

Esta persona me ha ayudado a abrirme un poco más, no sólo con ella sino que también conmigo misma. Gracias a ella he comprendido que no puedo salir sola de todo esto, que quizás algún día lo supere, pero antes de lograrlo, necesito la ayuda de alguien como ella, que me entiende de verdad.

No quiero decir con esto que desprecie al resto de personas que, durante estos días y algún tiempo se han preocupado por mí y me han intentado ayudar. Sobretodo, a otra persona en concreto que me saca sonrisas verdaderas en días en los que para todos los demás son sonrisas fingidas. Y últimamente se lo estoy poniendo muy difícil, pero es que para mí tampoco es fácil...

Volviendo a la primera persona, a la verdadera protagonista de esta entrada, he de decir que gracias a ella, gracias a ti, siento que esto es un poco menos difícil, siento que, quizás, si nuestros destinos se hubieran cruzado antes, a lo mejor estaríamos mejor porque, aunque no lo creas, yo habría intentado ayudarte del mismo modo que tú ahora estás haciendo conmigo. Yo habría intentado no dejarte caer.

Y sé que ahora, entre las dos, podremos levantarnos.

Voy a estar siempre ahí para lo que necesites, a cualquier hora, en cualquier momento, si te sientes mal y necesitas desahogarte, cuenta conmigo.


viernes, 5 de mayo de 2017

¿Cambiar?

En un mundo donde tu propia existencia es la culpable de todo, hay varios tipos de personas: las que les da igual, las que se ríen y disfrutan de ello, las que no lo entienden pero tratan de hacerlo, las que lo entienden y lo ignoran y las que realmente lo entienden. Algún día profundizaré en ellas.


No se puede cambiar a una persona de un día para otro, y hoy quiero escribir sobre eso.

Llevo los últimos 4/5 años viviendo (más bien, sobreviviendo) con el peso de una autoestima de mierda. Culpándome a mí misma por todo, y no me arrepiento, porque sé que es cierto.


Desde el primer momento que pisé el suelo del instituto al que voy, intuí que no podría salir nada bueno de allí. Desde primero de la ESO hasta ahora, segundo de Bachillerato, cada día a día ha sido una montaña que escalar que se hacía más y más alta. Más y más pesada, como yo.



Pero ese no es el tema, el instituto es solo uno de los puntos que han contribuido a mi autoestima de mierda, pero hay más, y quizás más adelante os hable de ellos.



Lo que hoy quiero decir, lo que hoy quiero expresar es que últimamente hay personas que quieren cambiarme, para ayudarme, según ellas. Pero yo sé que es tarde, y ellas deben entender que no voy a cambiar de un día para otro, de hecho tampoco voy a cambiar directamente. Soy así de negativa porque todos estos años, he tenido que lidiar con cosas que, aunque algunos penséis que es una chorrada, a mí me han afectado.



Tengo el corazón literalmente roto en mil pedazos y nadie puede arreglarlo. Nadie puede arreglarme. Lo único que sé hacer ahora es, ya que no puedo anticipar mi muerte, apartar de mí a la gente que me importa, alejarles, y que ellos vivan felices con sus vidas. Al fin y al cabo, hubo gente que ya lo hizo antes que yo, y por eso, gracias a eso, soy como soy. No quiero que me acompañen en mi vida de mierda más aún si tanto les molesta mi forma de ser que me piden que cambien. Lo siento, soy así y no puedo cambiarlo.



Me niego a crear un escudo físico de belleza superficial para aparentar que soy feliz, porque por mucho que cambiara mi físico, por mucho que quisiera o tratara de verme físicamente bien, lo que hay dentro de mí sigue siendo dolor y oscuridad, y eso nada puede cambiarlo. Ni tú, ni yo misma. Nadie.



Tanto tiempo llorando, sufriendo, levantándome una y otra vez para intentar salir del infierno y en vez de eso, caer más hondo.



Lo siento, ya me rindo.