viernes, 7 de junio de 2019

Otro infierno personal

Las pesadillas han vuelto y lo que parecía un sueño, lo que hace unos meses eran luces de aliento ahora tan solo son sombras y oscuridad.

Estaba enamorada de él, y esta vez era algo real. Lo estaba y lo estoy.

Aquellas otras veces también, pero esta vez era recíproco. Por primera vez en mucho tiempo me estaba sintiendo querida y todo se ha esfumado como si de una simple ilusión se tratase.

Han pasado dos semanas y aún duele como el primer día. No consigo olvidarle o ignorarle. Cada noche se hace presente en mi cabeza y en mi corazón para recordarme que nunca encontraré a alguien igual. Para recordarme que nunca amaré a nadie más.

No entiendo como algo tan poderoso de repente se volvió tan frágil. Sin buscarlo. De un día para otro. Sí que es cierto que últimamente ya nada era como antes, pero pensaba que eran paranoias mías. Las cosas se habían enfriado desde marzo pero tenía la esperanza de poder salvarlo. Pero claro, no soy tan fuerte, no podía hacerlo sola.

Está siendo un infierno. Los días se me hacen eternos y lo único que quiero es o retroceder en el tiempo hasta diciembre o parar el tiempo y que se pare mi vida. Porque mi vida sin él no tiene sentido, con él era todo mucho más fácil y ahora he perdido el interés y las fuerzas por todo.

Le necesito tanto... pero no al chico de estos últimos meses. Necesito al chico de diciembre, el chico que me hablaba cada día, que se preocupaba por mí, que me cuidaba. Necesito al chico que me quería, el que me hizo enamorarme de él.

Le echo tanto de menos que el dolor es espantoso. Siento como si una aspiradora me estuviera absorbiendo el corazón y soy incapaz de respirar, de pensar o de vivir.

No hay ni un solo día en el que no piense en él, en cómo le irá todo, en si será feliz o en si se acordará de mí como yo lo hago de él...

Y es que soy incapaz de pasar página. Ni quiero, ni puedo. Una parte de mí se muere por recibir un mensaje suyo que vuelva a cambiarlo todo.
,
Llegó a mi vida y arrasó con todos los esquemas y corazas que tenía, me conquistó rápidamente y llegó a mi corazón como ninguna persona lo había hecho antes. Entregar las llaves de mi corazón nunca me había resultado tan placentero y satisfactorio. Ahora que no está ha vuelto a arrasar con todo.

Puede que él esté listo para decirme adiós, pero desde luego yo aún no lo estoy para despedirme. Ni ahora ni nunca.